

Según el Dr. Joseph Jorizzo, de la Universidad Wake Forest, «tu piel puede ser una ventana a tu salud subyacente». Lo cierto es que la piel no es solo un escudo, sino un poderoso comunicador de tu salud interna.
Los cambios inesperados en la piel a veces pueden ser la primera advertencia del cuerpo de que algo más grave está sucediendo internamente y comprender estos signos le permite detectar posibles problemas de manera temprana y buscar la atención adecuada.
La livedo reticularis (LR), también conocida como piel moteada, es un tipo de decoloración cutánea que puede ocurrir si se interrumpe el flujo sanguíneo. Según un estudio sobre esta afección, la LR suele ser un fenómeno temporal e inofensivo, resultado de la exposición al frío o al estrés, pero en ocasiones puede aparecer debido a problemas de salud subyacentes.

Aparece como una decoloración violácea, similar a una red o con un patrón de encaje en los brazos o las piernas y afecta principalmente a bebés y niñas de entre 20 y 50 años.
La piel moteada aparece cuando el flujo sanguíneo cerca de la superficie de la piel cambia, lo cual puede deberse a bajos niveles de oxígeno en la sangre, espasmos vasculares o cambios en la circulación. También puede ser resultado de ciertas afecciones médicas o un efecto secundario de ciertos medicamentos, principalmente de la amantadina (un agonista dopaminérgico utilizado para tratar la enfermedad de Parkinson, la esclerosis múltiple y el trastorno por déficit de atención con hiperactividad). La decoloración suele hacerse más visible con el frío y puede atenuarse al calentarse la piel.

Hay dos formas de esta afección: Livedo reticular fisiológica (primaria), una reacción benigna y temporal a las temperaturas frías común en niños, adultos jóvenes o personas de piel clara, y Livedo reticular patológica (secundaria), más persistente y vinculada a problemas de salud subyacentes, como enfermedades autoinmunes, trastornos vasculares o anomalías en la coagulación sanguínea.
Según Verywell Health , la LR puede desencadenarse por el resfriado, el shock séptico, el síndrome antifosfolípido, el lupus, ciertos medicamentos, la artritis reumatoide, la pancreatitis, la enfermedad de la tiroides y en personas que se acercan al final de su vida.
Aunque es poco común, la livedo reticularis a veces puede indicar enfermedades sistémicas graves, incluido el síndrome de Sneddon, una afección que vincula el patrón de la piel con el riesgo de accidente cerebrovascular (poliarteritis nodosa o embolización de colesterol).

La livedo reticularis primaria no suele requerir tratamiento, ya que suele remitir por sí sola si se mantiene el cuerpo caliente. Sin embargo, para la livedo reticularis secundaria, el médico podría recetarle medicamentos como anticoagulantes (para prevenir coágulos), corticosteroides (para la inflamación) o fármacos que mejoran la circulación. Además, el médico podría recomendarle cambios en el estilo de vida, que probablemente incluyan dejar de fumar, hacer ejercicio regularmente y controlar la presión arterial y el colesterol.
Descargo de responsabilidad: Esta información no pretende sustituir el asesoramiento, diagnóstico o tratamiento médico profesional y es sólo para fines informativos.
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