VIDEO: Una mujer observa desde un árbol cómo un oso sube una escalera

Pocas interacciones en la naturaleza son a la vez aterradoras, adorables y divertidas. Ciertamente, un gran tiburón blanco no tiene nada de adorable (si no estás de acuerdo, háznoslo saber; nos encantaría saberlo), y una serpiente de cascabel no tiene nada de gracioso. Pero los encuentros con osos se encuentran en ese punto con facilidad.

Sé que no deberíamos admitirlo, que es un secreto a voces que nadie quiere confesar a menos que terminen pareciendo el tipo de turista despistado que pregunta a los guardabosques cuándo van a dejar salir a los osos para verlos, pero: ¡los osos son monísimos! Nunca deberías acercarte a un oso, y mucho menos darle un abrazo fuerte y cariñoso, pero ¡vamos! Mira a este tipo:

En este video de Saskatchewan, una mujer vio a dos osos negros investigando la plataforma elevada que ocupaba. Pronto, uno de ellos empezó a subir la escalera con la misma destreza que tú o yo. Quizás con más destreza, a decir verdad.

Intenta disuadir al oso de subir más alto hablándole para que sepa que está ahí. También empieza a mover un dedo, despertando su curiosidad, y así sube más alto.

Finalmente, el oso decide volver a bajar por la escalera, y comienza el verdadero espectáculo. Primero, el oso se cuelga de la escalera por sus formidables dientes. Luego, se las arregla para enredarse de forma extraña en la escalera. La señora del árbol, que supongo que sigue muerta de miedo, no puede evitar reírse varias veces.

Escalera para escalar osos

En cierto modo, el video muestra uno de los peligros inherentes a la interacción entre humanos y osos. Al ser parientes relativamente cercanos de los caninos, los osos pueden exhibir un comportamiento que resulta adorable y cercano para los humanos, quienes, por nuestra estrecha relación con el mejor amigo del hombre, los perros, hemos sido condicionados a interpretar ese comportamiento como, bueno, adorable.

Pero nuestra heroína, la canadiense en el puesto del árbol, no cede al impulso innato de acariciar al oso y darle un premio, por suerte. Pero vaya, debe haber sido difícil.

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