En nuestra noche de bodas, mi esposa se negó una y otra vez a consumar el matrimonio. Desconfiado, levanté la manta… Pero lo que vi me aterrorizó tanto que solo pude arrodillarme y pedir perdón…
La ceremonia acababa de terminar, y toda la familia, tanto de padres como de madres, nos colmó de bendiciones. Yo, Alejandro, seguía embriagado por el […]