En la fiesta de inauguración de la casa de mi familia, mi propia hermana me acusó de robarle 10.000 dólares de su regalo de bodas. Cuando la desenmascaré, mi madre, furiosa, agarró un bate de béisbol y me golpeó en la cabeza, a mí y a mi hija. Dolorida, me golpeé la cabeza contra la pared, pero aun así intenté abrazar a mi hija de tres años. Olvidé todo el dolor al verla así, y me quedé paralizada, porque mi pequeña e inocente niña…
La noche era cálida y el tintineo de las copas resonaba en nuestro nuevo patio trasero en Denver, Colorado . Se suponía que sería una fiesta de […]